El sistema de control de presión de los neumáticos (TPMS) es fundamental para la seguridad, el rendimiento y la eficiencia del vehículo. Al controlar de forma continua la presión de los neumáticos y alertar a los conductores sobre cualquier desviación de los niveles óptimos, el TPMS ayuda a prevenir reventones de neumáticos, mejora la eficiencia del combustible y mejora la seguridad general de la conducción. Su función en la detección temprana de posibles problemas garantiza un mantenimiento oportuno, lo que contribuye a una mayor vida útil de los neumáticos y a una reducción del riesgo de accidentes.